04 noviembre 2011

Donuts caseros




Si deseáis tomar unos donuts sin grasas saturadas que, entre otros males, repiten en el estómago o sin amaretto, licor excesivamente usado en repostería pasados los Pirineos, aquí tenéis mi receta.

Ingredientes:
220 cc. leche
1 huevo
40 gr. de mantequilla
375 gr. de harina
70 gr. de azúcar
12 gr. de levadura de panadería fresca (o granulada de panadería, pero no useis la química porque no funcionará)
½ cucharadita de sal

Preparación:

Disolved la levadura con un par de cucharadas de agua templada. Templar la leche favorecerá la fermentación y, por otro lado, la mantequilla os permitirá trabajarla mejor. Amasad todos los ingredientes hasta que la pasta quede elástica. Tapadla y dejadla reposar durante una hora.
Estirad la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor aproximado de 1,5 cms y con un molde circular (yo he usado un vaso grande) marcad y separad los círculos de los donuts. Para hacer el agujero utilizad un molde mas pequeño (en mi caso ha sido un frasco de anchoas... naturalmente, vacío).
Poned los donuts sobre una lámina de papel vegetal y tapadlos con un paño durante unos 50 minutos. El siguiente paso es freírlos con abundante aceite a temperatura media, para que se hagan por dentro y queden dorados.
Finalmente he improvisado una glasa con azúcar y agua en la que he bañado las rosquillas. Ha quedado aceptable pero es un aspecto que debo mejorar, así que seguiré intentándolo, aunque la próxima vez pretendo bañarlos en chocolate.

Vestuario: Zara.
Electrodomésticos: Electrolux.
Menaje cedido por Manolo.

15 septiembre 2011

Caldo verde: más fácil imposible


Los portugueses tienen una gastronomía tan rica y variada que resulta complicado elegir cuáles son los mejores platos incluso dentro de una única región. Recientemente y mediante una amplia encuesta han sido capaces de hacer una lista (ver aquí) entre las cuales se encuentra el plato más simple y económico posible, un plato auténticamente popular: el caldo verde. Este plato está a su disposición en cualquier bar o restaurante de la región Douro-Minho por un euro o euro y medio... ¡o muy fácilmente en la cocina de su casa! Porque la receta no puede ser más sencilla:


Ingredientes
1 chorizo casero de Padroso (como el que nos han regalado)
4 patatas de Xinzo de Limia
Una couve galega (la llaman así, aunque la que usé era cien por cien lusa)
Una cebolla
1 litro y medio de agua
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Broa de milho (pan de maiz)

Preparación

Una vez lavadas y peladas, troceamos bien las patatas y la cebolla y las ponemos a cocer en el agua, junto con el chorizo (entero y con piel). Añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen extra crudo.

Mientras tanto lavamos a fondo la couve galega y seleccionamos la hoja pura, sin tallos ni partes duras. Hacemos rollos prensados con las hojas y los cortamos en rodajas finas como si fuese una cebolla.


Sacamos el chorizo de la olla y hacemos un puré con todo lo que ha quedado dentro, bien ligado. A continuación añadimos las hojas picaditas y dejamos cocer otros diez minutos, poniendo sal al gusto. Una vez cocinado dejamos enfriar y así podemos desgrasar con facilidad la superficie del caldo.

Como cualquier caldo o legumbre, estará mejor después de haber descansado unas horitas. Acompañamos con broa, unas rodajitas de chorizo y un chorrito de aceite crudo, que no sólo está buenísimo sino que es de lo más decorativo.

¡Bon apetit!


30 agosto 2011

Sopa de tomate con especias

"Verano" en Berlín. Y entrecomillo porque este año el verano aquí ha sido prácticamente inexistente, como bien saben mis colegas berlineses. Así que aquí estamos, a finales de agosto y con temperaturas rondando los 15 ºC. Mi plan para la cena de anoche era hacer un gazpacho, pero de camino a casa hacía un viento tan fresquito (una rasca, vamos) que se me quitaron las ganas. ¿Y ahora qué hago con todos los tomates rojos que tengo en la nevera? Me puse a revisar mi lista de blogs de referencia, y encontré esta receta de sopa de tomate publicada hace algún tiempo por Mercado Calabajío. El sonido de tomates con pimentón, azafrán y comino sugería un sabor muy intenso, que hizo que mi sangre volviera a circular caliente por mis venas. Y precisamente ahora que los tomates alemanes están más rojos y más baratos, y que el tiempo invita a preparar la primera sopita de la temporada, ¿no es una oportunidad estupenda para probar esta receta?

Tengo que admitir que esta decisión impulsiva me pilló sin ningún tipo de caldo ni las verduras para prepararlo (lo sé, lo sé, una vergüenza) así que usé agua en su lugar. Sin embargo, el aceite de oliva virgen extra y las especias turcas cumplieron su cometido y el resultado fue una sopa muy sabrosa que seguro que repetiré en los próximos días, antes de que los tomates rojos desaparezcan de los supermercados alemanes.





Qué necesitas:
  • 6 tomates rojos
  • 1 pimiento grande (yo usé rojo, que es el que tenía; aquí los pimientos verdes no los hay tan a menudo)
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla mediana
  • aceite de oliva
  • pimentón dulce
  • comino
  • azafrán
  • sal
  • 300 mL de caldo vegetal
  • 6 rebanadas de pan

Cómo preparar esta Sopa de Tomate con Especias:

Pica el ajo, la cebolla y el pimiento, y ponlos con un poco de aceite en la olla que vayas a usar para hacer la sopa. Sofríelos a fuego medio, hasta que se pongan tiernos, pero sin quemarse. Mientras tanto, ralla los tomates.

Espolvorea el pimentón sobre el sofrito, remueve un poco y añade en seguida los tomates para que el pimentón no se queme. Deja que se cueza todo junto durante unos 10 minutos.

Ahora podemos incorporar la sal, el comino, el azafrán y el caldo. Mézclalo todo bien y déjalo cocer a fuego medio durante otros 20 minutos.

Sumerge las rebanadas de pan en la sopa, dejando que se empapen bien. Servir y disfrutar.

28 agosto 2011

Peperoni ripieni - ¡Recetas literarias!

Honorine era insuperabile nel cucinare i peperoni ripieni. Alla rumena, diceva. Riempiva i peperoni con riso, salsiccia, carne di manzo, sale e pepe. Li metteva in un recipiente di terra cotta e li ricopriva d'acqua. Aggiungeva salsa di pomodoro, timo, alloro e santoreggia. Lasciava cuocere a fuoco molto lento e senza coperchio. Il sapore era meraviglioso, soprattutto se alla fine ci si aggiungeva un cucchiaio di panna.
Fabio Montale, personaje protagonista de Casino Totale (Jean-Claude Izzo, 1995) era, además de un policía muy particular, un gran gourmet. Así nos describe la receta de los pimientos rellenos que preparaba Honorine. Si os animais a preparar una receta literaria, he aquí el texto en castellano:


Honorine era insuperable cocinando los pimientos rellenos. A la rumana, decía. Rellenaba los pimientos con arroz, salchicha fresca, carne de buey, sal y pimienta. Los metía en un recipiente de barro y los recubría con agua. Añadía salsa de tomate, tomillo, laurel y ajedrea. Los dejaba cocer a fuego muy lento y sin tapar. El sabor era maravilloso, sobre todo si al terminar se añadía una cuchara de nata.
¡Bon apetit!

PD. La foto ha sido robada aquí.

24 agosto 2011

Hoy, ¡PA-VO! (con nueces)

La foto es pésima, pero os aseguro que estaba rico ;-)

El pavo: un animal de lo más tonto, pero qué bien casa con lo que le eches. He aquí esta receta que he sacado de internet (ya no recuerdo ni de qué página, salvo que estaba en portugués):

Ingredientes
500 g de filetes de pavo
Harina
3 cebollitas pequeñas
200 ml de nata líquida
Pimienta blanca en grano para moler
Sal
Romero
Un puñado de nueces peladas
5 cucharas de mantequilla
Vino blanco seco
Sal

Preparación

Ponemos en una sartén la mantequilla, la cebolla en rodajitas muy finas, el romero y las nueces, habiendo picado estas últimas previamente. Dejamos que la cebolla se ablande un poquito. ¡Ojo a la temperatura! Recordad que freir en mantequilla no es como freir en aceite de oliva...

Pasamos los filetes de pavo por harina y los colocamos en la sartén, dejando que todo se cocine durante cuatro o cinco minutos. Añadimos sal, pimienta y un chorrito de vino blanco, que dejaremos evaporar.

Retiramos los filetes y añadimos la nata. Añadimos la sal pertinente, reducimos un poquito la nata, y volvemos a colocar los filetes en la sartén. Bajamos el fuego, tapamos y esperamos unos minutitos.

¡Bon apetit!



29 julio 2011

Canapés con gorgonzola

Anoche tuvimos una fiestecita en casa de un amigo, y preparamos varias cosas de picoteo. Yo contribuí con unos canapés de gorgonzola en dos versiones: unos con cebolla caramelizada y nueces, y otros con mermelada de pimientos. Los dos tuvieron bastante éxito (no quedó ninguno en el plato) así que os dejo aquí las recetas, por si algún día tenéis ganas de untar cositas en pan tostado.

Canapés de gorgonzola con cebolla caramelizada y nueces



En primer lugar, hacemos la cebolla caramelizada, exactamente igual que en la receta de judías verdes con patatas y zanahoria: Pelamos una cebolla y la cortamos en juliana. La ponemos en una sartén con un poco de aceite de oliva, la tapamos y la dejamos a fuego suave durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se quede blanda y transparente. Después añadimos sal, una cucharadita rasa de azúcar moreno, 150 mL de vino blanco y 50 mL de vinagre de Módena, removemos y dejamos a fuego medio-fuerte, destapado, durante unos minutos, hasta que se haya evaporado prácticamente todo el líquido.

Por otra parte, tomamos unos 100 g de gorgonzola (yo tenía piccante, pero quizás quede mejor con gorgonzola dolce), lo ponemos en un plato y lo aplastamos con un tenedor para ablandarlo.

Tomamos unas tostas para canapés y las untamos con una capa fina de gorgonzola. Después con un tenedor cogemos unas tiritas de cebolla y las ponemos encima, formando un nido. Terminamos decorando con un par de nueces enteras.


Canapés de gorgonzola con mermelada de pimientos



Para la mermelada de pimientos, he lavado dos pimientos grandes, muy rojos, y los he triturado en el robot de la batidora junto con un vaso escaso (un poco menos de un vaso) de vinagre de manzana. A mí me gusta la mermelada con trocitos, así que a veces en vez de triturar los pimientos con la batidora, simplemente los corto en trocitos pequeños con el cuchillo. Otras veces, como ayer, uso la batidora, pero procuro no llegar hasta el punto de que la mezcla tenga una textura completamente homogénea.

Ponemos el pimiento triturado con el vinagre en un cazo. Añadimos un vaso de azúcar y removemos bien. Dejamos cocer a fuego lento y destapado durante un par de horas, hasta que se haya evaporado el vinagre y la mermelada tenga consistencia de... mermelada ;) Bueno, tened en cuenta que la mermelada caliente es más líquida que la mermelada fría, y si os pasáis de tiempo cuando se enfríe parecerá caramelo. Lo que podéis hacer es, cuando empecéis a tener dudas sobre si ya ha hervido durante suficiente tiempo, es probar un poquito. Esta mermelada es agridulce. Si cuando la probáis está demasiado ácida para vuestro gusto, dejadla un ratito más. Y no os olvidéis de remover de vez en cuando, sobre todo hacia el final, para controlar que no se pega al cacharro.

Cuando la mermelada ha enfriado, ponemos de nuevo una fina capa de queso sobre cada tosta, y encima, dejamos caer una cucharadita de mermelada. En este caso usé queso gorgonzola, pero en realidad la mermelada de pimientos va bien con cualquier queso, ya sea queso crema, queso fresco, queso curado... Podríamos decir que se trata de un amor sin restricciones.

¡Que lo disfrutéis!

22 julio 2011

Going veggie: judías verdes con patatas y zanahoria

Hoy os traigo un plato vegetariano, sano, ligero, y muy sabroso. Los que me conocen desconfiarán en un principio, porque saben que a lo largo de los ocho años que viví con mi abuela aprendí a amar las verduras en su más sencilla expresión: al vapor y sólo con un chorrito de aceite de oliva. Pero os aseguro que esto es diferente: El Comidista ha reinventado el clásico plato de habichuelas verdes, y el resultado es tan sabroso que no tengo más remedio que compartirlo. La innovación se reduce sólo un par de tonterías, pero consigue marcar una diferencia. Hay algo en cuanto a la textura, la forma en que las verduras están cortadas, el punto de cocción, que realmente mejora el recuerdo que yo tenía de este plato. Y luego está el toque de la cebolla caramelizada... Si esto no os convence, mirad la foto, porque la presentación queda, cuando menos, llamativa.

¿Son las habichuelas verdes aburridas? ¡Ya no!

Como no es mi receta, sino que la he copiado vilmente, me limito a dejaros el link. ¡Que la disfrutéis!

Edito: Siguiendo la petición de la Gata, describo cómo lo hice yo.

En primer lugar, he lavado 2 patatas medianas y las he puesto a cocer, con piel y todo, en una olla de agua hirviendo. Cuando estén blandas, las pelamos y cortamos en trozos grandes (meter antes en agua muy fría, por favor, vuestras manitas os lo agradecerán).

A continuación, he pelado una cebolla grande y la he cortado en juliana, es decir, primero la he partido longitudinalmente en dos, y luego cada mitad la corto en tiras muy finitas. La he puesto en una sartén con un poco de aceite de oliva, la he tapado, y la he dejado a fuego suave, durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se ha quedado blandita y transparente. Entonces he añadido un poco de sal, una cucharadita rasa de azúcar moreno, 150 mL de vino blanco y 50 mL de vinagre de Módena. He removido y he dejado a fuego medio-fuerte, destapado, durante unos 5-10 minutos, hasta que se ha evaporado prácticamente todo el líquido.

Mientras se hace la cebolla he lavado 500 g de judías verdes, les he quitado las hebras laterales, y las he cortado en tiras muy finitas con un cuchillo, todo a lo largo de la habichuela. Limpiar y cortar las habichuelas de esta forma es un trabajo arduo, pero cuando las cuezas parecerán tallarines y te las comerás aún más a gusto.

Por otra parte, he pelado y lavado 4 zanahorias grandes, y las he cortado en forma de bastoncitos, más o menos del mismo grosor que el ancho de las tiras de judía, pero la mitad de largos. Lo sé, lo sé, en estos momentos estamos siendo víctimas de la estética. Pero merecerá la pena, os lo aseguro.

Haciendo uso de mi maravillosa olla rápida, he puesto en ella un vaso de agua y la bandeja para cocinar al vapor. En la badejita pongo las judías y las zanahoras, y cuezo durante 5 minutos contados desde que sube la válvula.

Llegados a este punto deberíamos tener patatas, cebolla, habichuelas y zanahorias listas. Disponemos en una fuente primero las patatas, a continuación las habichuelas, las zanahorias, y por último, la cebolla. Aliñamos con un poco de aceite de oliva y un poquito de sal, y ¡listos! Ahora sí: que las disfrutéis :)

06 julio 2011

Un "post" sin recetas



Y sólo para que quede constancia, he aquí dos estupendos platos con humildes vegetales como protagonistas cocinados por Fanshawe. (No, Fanshawe no es una de las "arguiñanas" de esta página, pero lo está pidiendo sitio a gritos).
Foto 1, unos estupendos tomates al horno;
Foto 2, puerros con jamón, laboriosos pero sanísimos.
Diría aquello de "bon apetit", pero la que hizo las fotos (servidora) ya dio buena cuenta de ambos platos...

05 julio 2011

Spaghetti al limone

Un plato sencillísimo que etiquetaremos con alegría como "cocina de estudiante", ya que no hay nada tan genuinamente estudiantil como los spaghetti...

Ingredientes
500 g de spaghetti (si son un poco gorditos, mejor)
100 g de mantequilla
3 dientes de ajo enteros
Ralladura de piel de 2 limones grandes bien frescos
200 ml de nata líquida
Pimienta blanca en grano para rallar
Grana padano para rallar
Unas hojitas de albahaca
Sal

Preparación

Ponemos el agua para la pasta, que añadimos cuando el agua esté hirviendo, junto con la sal necesaria. La prepararemos al dente. (Sí, efectivamente: estas dos primeras líneas son idénticas a las de la receta anterior).

Mientras cocemos la pasta, preparamos el sugo. Primero rallamos los dos limones, pero ojo, ¡sólo la piel! Sólo la parte amarilla, sin llegar a rallar en ningún caso la parte blanca interior, porque acidificaría muchísimo el plato. En una sartén ponemos a fuego lento la mantequilla y doramos los ajos enteros. Una vez bien dorados, los retiramos y echamos la nata y la ralladura de limón y salpimentamos. Cocinamos la mezcla así, despacito, hasta que esté cocida la pasta. Conviene remover con frecuencia para ayudar a reducir la nata y para evitar que la ralladura se deposite en el fondo.

Escurrimos la pasta, la vertemos en la sartén del sugo, y decoramos con las hojitas de albahaca. En la mesa, a un lado, ponemos un cuenco con el grana padano para espolvorear a gusto del comensal.

¡Bon apetit!

El grana padano, esperando a ser rallado... ¡ñam!

02 julio 2011

Penne alla puttanesca


Sí, en castellano es un nombre un poco extraño. Pero es una de las recetas de pasta más populares de la cocina tradicional italiana -y por ende, del planeta entero-. ¡Y comiéndola uno entiende el porqué!

Ingredientes
250 g de penne rigate
Un chorro de aceite de oliva
1 diente de ajo
4 ó 5 filetes de anchoa (según el tamaño)
1 cuchara muy generosa de mantequilla
3 o 4 tomatitos muy maduros
Sal... ¡con mucho cuidado!
Perejil fresco
Aceitunas negras (al gusto; puede ser un bote pequeñito, por ejemplo)
Alcaparras
Preparación

Ponemos el agua para la pasta, que añadimos cuando el agua esté hirviendo, junto con la sal necesaria. La prepararemos al dente.

Mientras la pasta se cuece, agarramos el mortero y ponemos ahí el ajo muy, muy picado y los filetes de anchoa. Lo machacamos todo hasta que forme una pasta homogénea bien fina. Luego picamos las aceitunas negras en rodajitas. Troceamos también en daditos pequeños el tomate.

En la sartén ponemos el aceite de oliva y la mantequilla a fuego muy bajo, para que la mantequilla no se queme y se derrita lentamente. Echamos la pasta de anchoa y ajo y durante un par de minutos dejamos que se cocine un poquito, para luego añadir el tomate, las aceitunas, las alcaparras, y a fuego bajo dejamos eso ahí unos minutos, mientras la pasta no termina de cocerse (¡comprobad la sal de la mezcla! aunque lleve anchoa posiblemente sea necesario añadir una pizca, dependiendo de la cantidad y el tipo de tomates que hayais usado).

Cuando la pasta esté lista, escurrimos a fondo el agua y la vertemos sobre la sartén donde hemos preparado el sugo. Esparcimos encima un poco de perejil picado recién cortado y... ¡bon apetit!

20 junio 2011

Alitas de pollo luso-japonesas y Kimpira de judías


Sí, lo sé. Parece pollo con judías. ¡Pero es más exótico que eso!

KIMPIRA DE JUDÍAS

Ingredientes
250 g de judías verdes
Un chorrito de aceite de oliva
2 cucharas de ginebra Tanqueray
2 cucharas de salsa de soja
1 cuchara de azúcar moreno
1 guindilla cayena
(Exacto: no llevan sal)
Preparación

Tu madre te pasa una bolsa de judías verdes que a su vez una señora le acaba de regalar recién cogidas en su huerta. Así de fresquitas las abrimos, quitamos los hilillos laterales, les sacamos las habichuelas, y las troceamos.

La guindilla también la abrimos, le quitamos las pepitas, y la picamos infinitamente. En una sartén colocamos un chorrito pequeño de aceite con la guindilla, y con el fuego medio le damos una vuelta a las judías durante dos o tres minutos, hasta que se ablandan un poquito. Añadimos la ginebra y la soja y dejamos que la mezcla, siempre a fuego medio, se evapore un poco. Bajamos más el fuego y así, al mínimo, añadimos el azúcar (¡ojo! que no se puede quemar, estropearíamos el plato). Rehogamos bien todo durante un par de minutos, tapamos la sartén y las dejamos a un lado hasta que las vayamos a llevar al plato con el pollo. Lo ideal es que hayan quedado ligeramente "al dente".


ALITAS DE POLLO LUSO-JAPONESAS

Ingredientes
8 alitas de pollo completas, con parte "alita" y parte "jamoncito", que podemos separar en dos para freirlas mejor
1/2 taza de soja
1/2 taza de ginebra Tanqueray
1/2 taza de Vinho do Porto
Harina
Aceite de oliva suave o girasol (para no restar protagonismo al adobo)
Sal
Preparación

En un bol bien grande ponemos la soja, la ginebra y el oporto y un poco de sal. Sumergimos completamente los trozos de pollo y lo dejamos macerar durante una hora. (En ese tiempo podemos ir preparando las judías).

Pasado ese tiempo, ponemos el aceite a calentar a buena temperatura -para que el pollo quede crujiente- y mientras tanto nos dedicamos a secar cada pedazo de pollo como si nos fuese la vida en ello. A fondo, en profundidad, humedad cero. Ponemos la harina en un plato y enharinamos cada alita, que irá directamente del plato a la sartén, sin dejar tiempo para que la harina se humedezca. Las freimos a fuego fuerte, y al terminar las escurrimos a conciencia.

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¡Que disfruteis de unas sorprendentes judías dulces! Y la piel del pollo frita con el aroma del Porto es deliciosa.

Bon apetit!

18 mayo 2011

Una larpeirada: ¡cruasancitos!

Un aperitivo muy goloso, exquisito y facilísimo de hacer: ¡falsos "cruasancitos" rellenos!


Ingredientes
Pasta sfoglia o similar (si os da pereza hacerla, comprais una de calidad)
Una berenjena
Un pimiento rojo
Queso de Arzúa (o cualquier queso de sabor intenso que sea cremoso... ¡pero el Arzúa es insuperable para esto!)
Un huevo
Sal
Un poco de mantequilla para el molde
Un poco de aceite de oliva

Preparación

La masa, de forma circular, la cortamos en ocho partes como se ve en la foto. Cada una de esas partes la enrollamos desde el lado más ancho hacia al más estrecho, de manera que el pico quede encima, simulando un croissant. Los torcemos ligeramente y apretamos las esquinas.

Batimos el huevo, cogemos un pincel y pintamos generosamente la masa. El molde que vaya al horno tendrá un poquito de mantequilla para evitar que se adhieran con el huevo, apenas tenemos que untar muy ligeramente.

Con el horno ya caliente, metemos los "cruasancitos" a unos 180 grados durante unos 15 minutos, hasta que se pongan bien doraditos. Mientras se hornean, vamos preparando en una sartén la berenjena y el pimiento rojo, previamente salados y con la forma adecuada, que se harán sencillamente a la plancha con una gotita de aceite de oliva y bañadas en el huevo que sobró de pintar. El fuego debe estar bajito para que el huevo no se queme y la verdura quede tierna.

Sacamos los "cruasancitos", los dejamos enfriar, y abrimos cada uno de ellos por la parte frontal. Ponemos un trocito de berenjena dentro, el pimiento encima y colocamos el queso encima del pimiento. Conviene no poner mucha cantidad para evitar que el queso termine pegado por todo el molde, basta un trocito en el centro que se derrita ligeramente sobre el pimiento.

Metemos de nuevo la bandeja en el horno y esperamos dos minutos, el tiempo justo para que el Arzúa se ponga cremoso, sin derretirse.

¡Se comen calentitos! Y están demasiado buenos...

Bon apetit :)

PD. Por supuesto se pueden poner los ingredientes que a uno le dé la gana, siempre que casen bien. Pero eso sí: es recomendable no poner mucha cosa, son pequeñitos y la masa es delicada. Y siempre es conveniente que ninguno de los ingredientes elegidos escurra grasa, para evitar que el cruasancito se ablande en exceso y se haga demasiado pesado.

26 abril 2011

Licor de naranja - revisited!

Os dejo por aquí las instrucciones para haceros un licor de naranja en casita, al estilo Campillo. (La anterior versión que estaba publicada contenía un par de deslices, ninguno de ellos comestible).

Ingredientes:
1 litro de caña blanca o brandy
1/2 kilo de azúcar
La monda de 6 naranjas (sin nada de blanco)
Especias: 10 granos de pimienta negra sin machacar
o bien
4
clavos enteros y 1/2 nuez moscada rallada
Preparación:
Ponemos todos los ingredientes juntitos en un recipiente adecuado que pueda quedar cerrado de forma perfectamente hermética (no queremos que se nos evapore la mitad del licor). Dejamos la mezcla macerando unos 9 a 12 días. Tenemos que removerlo a diario. Transcurrido ese tiempo, lo filtramos y embotellamos. ¡Se podrá tomar pasados dos o tres días después de la filtración! Y recordad: cuanto mejor sea la caña o el brandy (que es la base), mejor será también vuestro licor.
Importante: No utiliceis metal. Siempre vidrio y cucharas de madera...

¡Bon apetit!

PD: Y si teneis humor, pues hasta haceis vuestro propio etiquetado casero, aunque sea con rotuladores de pintar camisetas...

07 marzo 2011

El pastel de berenjenas de Enrique

Mi director de tesis suele decir que él no sólo enseña química, sino que ofrece una formación integral. Y para muestra, un botón: la semana pasada estuve con él aprendiendo a analizar espectros de difracción, y de paso me dio esta fantástica receta. Un pastel de berenjenas fácil de preparar y riquísimo de comer. Aquí va:



Ingredientes:
  • 750 g de berenjenas
  • 1 cebolla grande
  • 2 rebanadas de pan (de molde, preferiblemente con un poco de consistencia)
  • 4 huevos
  • 100 g de queso rallado (yo he usado gouda)
  • tres poquitos: de leche, aceite y mantequilla
  • sal

Preparación:

Lavamos las berenjenas y las cortamos en dados. Si queremos suavizar el sabor de la berenjena, la dejamos una hora metida en agua con sal y un poquito de limón. Yo prefiero usarla tal cual, con todo su sabor, así que he la he puesto directamente en una cacerola con agua para cocerla. Una vez cocida, la sacamos a un escurreverduras y dejamos que escurra el agua.

En una sartén grande ponemos un poco de aceite, y freímos ahí la cebolla picadita. Cuando está frita, añadimos la berenjena, removemos, y dejamos un rato para que se mezclen los sabores.

Ponemos un poco de leche en un plato hondo y remojamos ahí las dos rebanadas de pan cortadas en cuadritos. Cuando el pan está bien empapado con la leche, lo sacamos y lo añadimos a la sartén con la berenjena. Removemos para mezclar y que el pan se deshaga. Retiramos la sartén del fuego.

En cuanto a los huevos, separamos las yemas de las claras. Batimos las yemas y las añadimos a la mezcla de berenjena. Incorporamos también el queso rallado y removemos todo junto.

Por otra parte, batimos las claras hasta que adquieran una consistencia muy espumosa, y las añadimos a la mezcla anterior, removiendo con cuidado.

Engrasamos un molde con un poco de mantequilla y vertemos la mezcla en él. Horneamos a 180 ºC durante 30 minutos. Voilà! Tiene usted en su cocina un delicioso pastel de berenjenas que puede servir, por ejemplo, frío con un poco de mayonesa. El de la foto está acompañado de una ensaladilla de puerros (puerro hervido, jamón cocido, un par de nueces y una mayonesa ligera). Buen provecho.

06 febrero 2011

Dorada en papillote

Soy un animal de costa, y como tal, me encanta el pescado. Aunque en Berlín sea un lujo conseguir algún pescadito fresco que llevarse a la boca, de vez en cuando hay que darse el capricho. El sábado estuvimos en el Marheineke Markthalle de Kreuzberg y compré cuatro gambones y una dorada. La dorada la tenían entera en el mostrador, como debe ser (en Alemania normalmente el pescado lo ofrecen ya limpio y fileteado, con la consecuente cara de aburrimiento) y el pescadero me la limpió, la abrió en dos filetes y le quitó la espina central. Así la pido cuando la voy a hacer en papillote.

El pescado fresco, mientras menos cocinado y condimentado, mejor. Me encanta la técnica del papillote porque el pescado se cocina en su propio jugo, no se reseca, queda muy sabroso y casi no lleva grasa. Además, es muy fácil de preparar, y siempre resulta un éxito. Y cuando la pieza de pescado cuesta tan cara como en Alemania, mejor es no arriesgar.

Primero he hecho un sofrito con una cebolla picadita, pochada en aceite de oliva hasta que está transparente.

Después he cortado dos trozos grandes de papel parafinado, y he repartido la cebolla, formando un montoncito en el centro.
Sobre cada uno de estos montoncitos pongo uno de los filetes de dorada. Con eso, un poquito de sal (poca, no nos quede el pescado salado) y de pimienta molida, sería suficiente. Pero hoy me sentía creativa, y he añadido unos gajos de naranja y un par de hebras de azafrán.
Después envolvemos el pescado con el papel, formando un paquetito.

Ponemos los dos paquetitos en una bandeja y metemos al horno, precalentado, a 180 ºC durante unos 15 minutos, hasta que el papel adquiera un color dorado.

Transcurrido ese tiempo, sacamos del horno y servimos, bien todavía envuelto en el papel, bien abriendo los paquetitos en la cocina y pasando el pescado al plato. Hoy lo hemos acompañado con los gambones a la plancha, y ha estado delicioso. Los gajos de naranja dan un poco de sabor, pero no demasiado, y se complementa muy bien con el aroma de azafrán. ¡Lo recomiendo!