Ingredientes
Pasta sfoglia o similar (si os da pereza hacerla, comprais una de calidad)
Una berenjena
Un pimiento rojo
Queso de Arzúa (o cualquier queso de sabor intenso que sea cremoso... ¡pero el Arzúa es insuperable para esto!)
Un huevo
Sal
Un poco de mantequilla para el molde
Un poco de aceite de oliva
Preparación
La masa, de forma circular, la cortamos en ocho partes como se ve en la foto. Cada una de esas partes la enrollamos desde el lado más ancho hacia al más estrecho, de manera que el pico quede encima, simulando un croissant. Los torcemos ligeramente y apretamos las esquinas.
Batimos el huevo, cogemos un pincel y pintamos generosamente la masa. El molde que vaya al horno tendrá un poquito de mantequilla para evitar que se adhieran con el huevo, apenas tenemos que untar muy ligeramente.
Con el horno ya caliente, metemos los "cruasancitos" a unos 180 grados durante unos 15 minutos, hasta que se pongan bien doraditos. Mientras se hornean, vamos preparando en una sartén la berenjena y el pimiento rojo, previamente salados y con la forma adecuada, que se harán sencillamente a la plancha con una gotita de aceite de oliva y bañadas en el huevo que sobró de pintar. El fuego debe estar bajito para que el huevo no se queme y la verdura quede tierna.
Sacamos los "cruasancitos", los dejamos enfriar, y abrimos cada uno de ellos por la parte frontal. Ponemos un trocito de berenjena dentro, el pimiento encima y colocamos el queso encima del pimiento. Conviene no poner mucha cantidad para evitar que el queso termine pegado por todo el molde, basta un trocito en el centro que se derrita ligeramente sobre el pimiento.
Metemos de nuevo la bandeja en el horno y esperamos dos minutos, el tiempo justo para que el Arzúa se ponga cremoso, sin derretirse.
¡Se comen calentitos! Y están demasiado buenos...
Bon apetit :)
PD. Por supuesto se pueden poner los ingredientes que a uno le dé la gana, siempre que casen bien. Pero eso sí: es recomendable no poner mucha cosa, son pequeñitos y la masa es delicada. Y siempre es conveniente que ninguno de los ingredientes elegidos escurra grasa, para evitar que el cruasancito se ablande en exceso y se haga demasiado pesado.
Batimos el huevo, cogemos un pincel y pintamos generosamente la masa. El molde que vaya al horno tendrá un poquito de mantequilla para evitar que se adhieran con el huevo, apenas tenemos que untar muy ligeramente.
Con el horno ya caliente, metemos los "cruasancitos" a unos 180 grados durante unos 15 minutos, hasta que se pongan bien doraditos. Mientras se hornean, vamos preparando en una sartén la berenjena y el pimiento rojo, previamente salados y con la forma adecuada, que se harán sencillamente a la plancha con una gotita de aceite de oliva y bañadas en el huevo que sobró de pintar. El fuego debe estar bajito para que el huevo no se queme y la verdura quede tierna.
Sacamos los "cruasancitos", los dejamos enfriar, y abrimos cada uno de ellos por la parte frontal. Ponemos un trocito de berenjena dentro, el pimiento encima y colocamos el queso encima del pimiento. Conviene no poner mucha cantidad para evitar que el queso termine pegado por todo el molde, basta un trocito en el centro que se derrita ligeramente sobre el pimiento.
Metemos de nuevo la bandeja en el horno y esperamos dos minutos, el tiempo justo para que el Arzúa se ponga cremoso, sin derretirse.
¡Se comen calentitos! Y están demasiado buenos...
Bon apetit :)
PD. Por supuesto se pueden poner los ingredientes que a uno le dé la gana, siempre que casen bien. Pero eso sí: es recomendable no poner mucha cosa, son pequeñitos y la masa es delicada. Y siempre es conveniente que ninguno de los ingredientes elegidos escurra grasa, para evitar que el cruasancito se ablande en exceso y se haga demasiado pesado.