19 marzo 2015

Calabacines redondos a la hierbabuena


Ingredientes
4 calabacines redondos
Tomate natural
Zumo de tomate
Concentrado de tomate
1 vaso de arroz
1 cebolla mediana
Aceite de oliva
Sal
Pimienta rosa
Un manojo de hierbabuena

Preparación

Vaciamos los calabacines tal y como se ve en la foto. Escaldamos durante cinco minutos en agua hirviendo esa parte externa del calabacín junto con sus tapas. Mientras se hace esto, vamos preparando el arroz en blanco.



Picamos por separado la cebolla, el tomate y el interior de los calabacines. Con un poco de aceite de oliva sofreímos la cebolla; una vez dorada, añadimos el calabacín y el tomate, y reducimos la mezcla a fuego vivo durante diez minutos para eliminar la mayor cantidad de agua posible (¡sin secar la verdura!). Apagamos el fuego. Encendemos el horno a 180 grados para que vaya cogiendo temperatura.


Una vez hecho el arroz, lo añadimos en la sartén junto con la hierbabuena bien picadita, una cucharadita de concentrado de tomate y salpimentamos al gusto. No es mala idea ser un poquito generosos con la pimienta rosa teniendo en cuenta la naturaleza del relleno. La mezcla resultante será jugosa pero nunca acuosa. Si hay algo de líquido sobrante, evítese usarlo como relleno.


En la fuente que meteremos en el horno colocamos el zumo de tomate y un poquito de agua. Rellenamos los calabacines prensando un poquito el arroz y tapamos bien con la propia tapa de calabacín para que no se sequen por dentro en el horno. Horneamos dos horas. Si durante el horneado se seca un poquito el fondo de la fuente se añade un poquito de agua. 

¡A disfrutar!


PD. Ese día teníamos los calabacines acompañando a un rape a la parrilla con un toque de mantequilla.







04 noviembre 2011

Donuts caseros




Si deseáis tomar unos donuts sin grasas saturadas que, entre otros males, repiten en el estómago o sin amaretto, licor excesivamente usado en repostería pasados los Pirineos, aquí tenéis mi receta.

Ingredientes:
220 cc. leche
1 huevo
40 gr. de mantequilla
375 gr. de harina
70 gr. de azúcar
12 gr. de levadura de panadería fresca (o granulada de panadería, pero no useis la química porque no funcionará)
½ cucharadita de sal

Preparación:

Disolved la levadura con un par de cucharadas de agua templada. Templar la leche favorecerá la fermentación y, por otro lado, la mantequilla os permitirá trabajarla mejor. Amasad todos los ingredientes hasta que la pasta quede elástica. Tapadla y dejadla reposar durante una hora.
Estirad la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor aproximado de 1,5 cms y con un molde circular (yo he usado un vaso grande) marcad y separad los círculos de los donuts. Para hacer el agujero utilizad un molde mas pequeño (en mi caso ha sido un frasco de anchoas... naturalmente, vacío).
Poned los donuts sobre una lámina de papel vegetal y tapadlos con un paño durante unos 50 minutos. El siguiente paso es freírlos con abundante aceite a temperatura media, para que se hagan por dentro y queden dorados.
Finalmente he improvisado una glasa con azúcar y agua en la que he bañado las rosquillas. Ha quedado aceptable pero es un aspecto que debo mejorar, así que seguiré intentándolo, aunque la próxima vez pretendo bañarlos en chocolate.

Vestuario: Zara.
Electrodomésticos: Electrolux.
Menaje cedido por Manolo.

15 septiembre 2011

Caldo verde: más fácil imposible


Los portugueses tienen una gastronomía tan rica y variada que resulta complicado elegir cuáles son los mejores platos incluso dentro de una única región. Recientemente y mediante una amplia encuesta han sido capaces de hacer una lista (ver aquí) entre las cuales se encuentra el plato más simple y económico posible, un plato auténticamente popular: el caldo verde. Este plato está a su disposición en cualquier bar o restaurante de la región Douro-Minho por un euro o euro y medio... ¡o muy fácilmente en la cocina de su casa! Porque la receta no puede ser más sencilla:


Ingredientes
1 chorizo casero de Padroso (como el que nos han regalado)
4 patatas de Xinzo de Limia
Una couve galega (la llaman así, aunque la que usé era cien por cien lusa)
Una cebolla
1 litro y medio de agua
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Broa de milho (pan de maiz)

Preparación

Una vez lavadas y peladas, troceamos bien las patatas y la cebolla y las ponemos a cocer en el agua, junto con el chorizo (entero y con piel). Añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen extra crudo.

Mientras tanto lavamos a fondo la couve galega y seleccionamos la hoja pura, sin tallos ni partes duras. Hacemos rollos prensados con las hojas y los cortamos en rodajas finas como si fuese una cebolla.


Sacamos el chorizo de la olla y hacemos un puré con todo lo que ha quedado dentro, bien ligado. A continuación añadimos las hojas picaditas y dejamos cocer otros diez minutos, poniendo sal al gusto. Una vez cocinado dejamos enfriar y así podemos desgrasar con facilidad la superficie del caldo.

Como cualquier caldo o legumbre, estará mejor después de haber descansado unas horitas. Acompañamos con broa, unas rodajitas de chorizo y un chorrito de aceite crudo, que no sólo está buenísimo sino que es de lo más decorativo.

¡Bon apetit!


30 agosto 2011

Sopa de tomate con especias

"Verano" en Berlín. Y entrecomillo porque este año el verano aquí ha sido prácticamente inexistente, como bien saben mis colegas berlineses. Así que aquí estamos, a finales de agosto y con temperaturas rondando los 15 ºC. Mi plan para la cena de anoche era hacer un gazpacho, pero de camino a casa hacía un viento tan fresquito (una rasca, vamos) que se me quitaron las ganas. ¿Y ahora qué hago con todos los tomates rojos que tengo en la nevera? Me puse a revisar mi lista de blogs de referencia, y encontré esta receta de sopa de tomate publicada hace algún tiempo por Mercado Calabajío. El sonido de tomates con pimentón, azafrán y comino sugería un sabor muy intenso, que hizo que mi sangre volviera a circular caliente por mis venas. Y precisamente ahora que los tomates alemanes están más rojos y más baratos, y que el tiempo invita a preparar la primera sopita de la temporada, ¿no es una oportunidad estupenda para probar esta receta?

Tengo que admitir que esta decisión impulsiva me pilló sin ningún tipo de caldo ni las verduras para prepararlo (lo sé, lo sé, una vergüenza) así que usé agua en su lugar. Sin embargo, el aceite de oliva virgen extra y las especias turcas cumplieron su cometido y el resultado fue una sopa muy sabrosa que seguro que repetiré en los próximos días, antes de que los tomates rojos desaparezcan de los supermercados alemanes.





Qué necesitas:
  • 6 tomates rojos
  • 1 pimiento grande (yo usé rojo, que es el que tenía; aquí los pimientos verdes no los hay tan a menudo)
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla mediana
  • aceite de oliva
  • pimentón dulce
  • comino
  • azafrán
  • sal
  • 300 mL de caldo vegetal
  • 6 rebanadas de pan

Cómo preparar esta Sopa de Tomate con Especias:

Pica el ajo, la cebolla y el pimiento, y ponlos con un poco de aceite en la olla que vayas a usar para hacer la sopa. Sofríelos a fuego medio, hasta que se pongan tiernos, pero sin quemarse. Mientras tanto, ralla los tomates.

Espolvorea el pimentón sobre el sofrito, remueve un poco y añade en seguida los tomates para que el pimentón no se queme. Deja que se cueza todo junto durante unos 10 minutos.

Ahora podemos incorporar la sal, el comino, el azafrán y el caldo. Mézclalo todo bien y déjalo cocer a fuego medio durante otros 20 minutos.

Sumerge las rebanadas de pan en la sopa, dejando que se empapen bien. Servir y disfrutar.

28 agosto 2011

Peperoni ripieni - ¡Recetas literarias!

Honorine era insuperabile nel cucinare i peperoni ripieni. Alla rumena, diceva. Riempiva i peperoni con riso, salsiccia, carne di manzo, sale e pepe. Li metteva in un recipiente di terra cotta e li ricopriva d'acqua. Aggiungeva salsa di pomodoro, timo, alloro e santoreggia. Lasciava cuocere a fuoco molto lento e senza coperchio. Il sapore era meraviglioso, soprattutto se alla fine ci si aggiungeva un cucchiaio di panna.
Fabio Montale, personaje protagonista de Casino Totale (Jean-Claude Izzo, 1995) era, además de un policía muy particular, un gran gourmet. Así nos describe la receta de los pimientos rellenos que preparaba Honorine. Si os animais a preparar una receta literaria, he aquí el texto en castellano:


Honorine era insuperable cocinando los pimientos rellenos. A la rumana, decía. Rellenaba los pimientos con arroz, salchicha fresca, carne de buey, sal y pimienta. Los metía en un recipiente de barro y los recubría con agua. Añadía salsa de tomate, tomillo, laurel y ajedrea. Los dejaba cocer a fuego muy lento y sin tapar. El sabor era maravilloso, sobre todo si al terminar se añadía una cuchara de nata.
¡Bon apetit!

PD. La foto ha sido robada aquí.

24 agosto 2011

Hoy, ¡PA-VO! (con nueces)

La foto es pésima, pero os aseguro que estaba rico ;-)

El pavo: un animal de lo más tonto, pero qué bien casa con lo que le eches. He aquí esta receta que he sacado de internet (ya no recuerdo ni de qué página, salvo que estaba en portugués):

Ingredientes
500 g de filetes de pavo
Harina
3 cebollitas pequeñas
200 ml de nata líquida
Pimienta blanca en grano para moler
Sal
Romero
Un puñado de nueces peladas
5 cucharas de mantequilla
Vino blanco seco
Sal

Preparación

Ponemos en una sartén la mantequilla, la cebolla en rodajitas muy finas, el romero y las nueces, habiendo picado estas últimas previamente. Dejamos que la cebolla se ablande un poquito. ¡Ojo a la temperatura! Recordad que freir en mantequilla no es como freir en aceite de oliva...

Pasamos los filetes de pavo por harina y los colocamos en la sartén, dejando que todo se cocine durante cuatro o cinco minutos. Añadimos sal, pimienta y un chorrito de vino blanco, que dejaremos evaporar.

Retiramos los filetes y añadimos la nata. Añadimos la sal pertinente, reducimos un poquito la nata, y volvemos a colocar los filetes en la sartén. Bajamos el fuego, tapamos y esperamos unos minutitos.

¡Bon apetit!



29 julio 2011

Canapés con gorgonzola

Anoche tuvimos una fiestecita en casa de un amigo, y preparamos varias cosas de picoteo. Yo contribuí con unos canapés de gorgonzola en dos versiones: unos con cebolla caramelizada y nueces, y otros con mermelada de pimientos. Los dos tuvieron bastante éxito (no quedó ninguno en el plato) así que os dejo aquí las recetas, por si algún día tenéis ganas de untar cositas en pan tostado.

Canapés de gorgonzola con cebolla caramelizada y nueces



En primer lugar, hacemos la cebolla caramelizada, exactamente igual que en la receta de judías verdes con patatas y zanahoria: Pelamos una cebolla y la cortamos en juliana. La ponemos en una sartén con un poco de aceite de oliva, la tapamos y la dejamos a fuego suave durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se quede blanda y transparente. Después añadimos sal, una cucharadita rasa de azúcar moreno, 150 mL de vino blanco y 50 mL de vinagre de Módena, removemos y dejamos a fuego medio-fuerte, destapado, durante unos minutos, hasta que se haya evaporado prácticamente todo el líquido.

Por otra parte, tomamos unos 100 g de gorgonzola (yo tenía piccante, pero quizás quede mejor con gorgonzola dolce), lo ponemos en un plato y lo aplastamos con un tenedor para ablandarlo.

Tomamos unas tostas para canapés y las untamos con una capa fina de gorgonzola. Después con un tenedor cogemos unas tiritas de cebolla y las ponemos encima, formando un nido. Terminamos decorando con un par de nueces enteras.


Canapés de gorgonzola con mermelada de pimientos



Para la mermelada de pimientos, he lavado dos pimientos grandes, muy rojos, y los he triturado en el robot de la batidora junto con un vaso escaso (un poco menos de un vaso) de vinagre de manzana. A mí me gusta la mermelada con trocitos, así que a veces en vez de triturar los pimientos con la batidora, simplemente los corto en trocitos pequeños con el cuchillo. Otras veces, como ayer, uso la batidora, pero procuro no llegar hasta el punto de que la mezcla tenga una textura completamente homogénea.

Ponemos el pimiento triturado con el vinagre en un cazo. Añadimos un vaso de azúcar y removemos bien. Dejamos cocer a fuego lento y destapado durante un par de horas, hasta que se haya evaporado el vinagre y la mermelada tenga consistencia de... mermelada ;) Bueno, tened en cuenta que la mermelada caliente es más líquida que la mermelada fría, y si os pasáis de tiempo cuando se enfríe parecerá caramelo. Lo que podéis hacer es, cuando empecéis a tener dudas sobre si ya ha hervido durante suficiente tiempo, es probar un poquito. Esta mermelada es agridulce. Si cuando la probáis está demasiado ácida para vuestro gusto, dejadla un ratito más. Y no os olvidéis de remover de vez en cuando, sobre todo hacia el final, para controlar que no se pega al cacharro.

Cuando la mermelada ha enfriado, ponemos de nuevo una fina capa de queso sobre cada tosta, y encima, dejamos caer una cucharadita de mermelada. En este caso usé queso gorgonzola, pero en realidad la mermelada de pimientos va bien con cualquier queso, ya sea queso crema, queso fresco, queso curado... Podríamos decir que se trata de un amor sin restricciones.

¡Que lo disfrutéis!

22 julio 2011

Going veggie: judías verdes con patatas y zanahoria

Hoy os traigo un plato vegetariano, sano, ligero, y muy sabroso. Los que me conocen desconfiarán en un principio, porque saben que a lo largo de los ocho años que viví con mi abuela aprendí a amar las verduras en su más sencilla expresión: al vapor y sólo con un chorrito de aceite de oliva. Pero os aseguro que esto es diferente: El Comidista ha reinventado el clásico plato de habichuelas verdes, y el resultado es tan sabroso que no tengo más remedio que compartirlo. La innovación se reduce sólo un par de tonterías, pero consigue marcar una diferencia. Hay algo en cuanto a la textura, la forma en que las verduras están cortadas, el punto de cocción, que realmente mejora el recuerdo que yo tenía de este plato. Y luego está el toque de la cebolla caramelizada... Si esto no os convence, mirad la foto, porque la presentación queda, cuando menos, llamativa.

¿Son las habichuelas verdes aburridas? ¡Ya no!

Como no es mi receta, sino que la he copiado vilmente, me limito a dejaros el link. ¡Que la disfrutéis!

Edito: Siguiendo la petición de la Gata, describo cómo lo hice yo.

En primer lugar, he lavado 2 patatas medianas y las he puesto a cocer, con piel y todo, en una olla de agua hirviendo. Cuando estén blandas, las pelamos y cortamos en trozos grandes (meter antes en agua muy fría, por favor, vuestras manitas os lo agradecerán).

A continuación, he pelado una cebolla grande y la he cortado en juliana, es decir, primero la he partido longitudinalmente en dos, y luego cada mitad la corto en tiras muy finitas. La he puesto en una sartén con un poco de aceite de oliva, la he tapado, y la he dejado a fuego suave, durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se ha quedado blandita y transparente. Entonces he añadido un poco de sal, una cucharadita rasa de azúcar moreno, 150 mL de vino blanco y 50 mL de vinagre de Módena. He removido y he dejado a fuego medio-fuerte, destapado, durante unos 5-10 minutos, hasta que se ha evaporado prácticamente todo el líquido.

Mientras se hace la cebolla he lavado 500 g de judías verdes, les he quitado las hebras laterales, y las he cortado en tiras muy finitas con un cuchillo, todo a lo largo de la habichuela. Limpiar y cortar las habichuelas de esta forma es un trabajo arduo, pero cuando las cuezas parecerán tallarines y te las comerás aún más a gusto.

Por otra parte, he pelado y lavado 4 zanahorias grandes, y las he cortado en forma de bastoncitos, más o menos del mismo grosor que el ancho de las tiras de judía, pero la mitad de largos. Lo sé, lo sé, en estos momentos estamos siendo víctimas de la estética. Pero merecerá la pena, os lo aseguro.

Haciendo uso de mi maravillosa olla rápida, he puesto en ella un vaso de agua y la bandeja para cocinar al vapor. En la badejita pongo las judías y las zanahoras, y cuezo durante 5 minutos contados desde que sube la válvula.

Llegados a este punto deberíamos tener patatas, cebolla, habichuelas y zanahorias listas. Disponemos en una fuente primero las patatas, a continuación las habichuelas, las zanahorias, y por último, la cebolla. Aliñamos con un poco de aceite de oliva y un poquito de sal, y ¡listos! Ahora sí: que las disfrutéis :)

06 julio 2011

Un "post" sin recetas



Y sólo para que quede constancia, he aquí dos estupendos platos con humildes vegetales como protagonistas cocinados por Fanshawe. (No, Fanshawe no es una de las "arguiñanas" de esta página, pero lo está pidiendo sitio a gritos).
Foto 1, unos estupendos tomates al horno;
Foto 2, puerros con jamón, laboriosos pero sanísimos.
Diría aquello de "bon apetit", pero la que hizo las fotos (servidora) ya dio buena cuenta de ambos platos...

05 julio 2011

Spaghetti al limone

Un plato sencillísimo que etiquetaremos con alegría como "cocina de estudiante", ya que no hay nada tan genuinamente estudiantil como los spaghetti...

Ingredientes
500 g de spaghetti (si son un poco gorditos, mejor)
100 g de mantequilla
3 dientes de ajo enteros
Ralladura de piel de 2 limones grandes bien frescos
200 ml de nata líquida
Pimienta blanca en grano para rallar
Grana padano para rallar
Unas hojitas de albahaca
Sal

Preparación

Ponemos el agua para la pasta, que añadimos cuando el agua esté hirviendo, junto con la sal necesaria. La prepararemos al dente. (Sí, efectivamente: estas dos primeras líneas son idénticas a las de la receta anterior).

Mientras cocemos la pasta, preparamos el sugo. Primero rallamos los dos limones, pero ojo, ¡sólo la piel! Sólo la parte amarilla, sin llegar a rallar en ningún caso la parte blanca interior, porque acidificaría muchísimo el plato. En una sartén ponemos a fuego lento la mantequilla y doramos los ajos enteros. Una vez bien dorados, los retiramos y echamos la nata y la ralladura de limón y salpimentamos. Cocinamos la mezcla así, despacito, hasta que esté cocida la pasta. Conviene remover con frecuencia para ayudar a reducir la nata y para evitar que la ralladura se deposite en el fondo.

Escurrimos la pasta, la vertemos en la sartén del sugo, y decoramos con las hojitas de albahaca. En la mesa, a un lado, ponemos un cuenco con el grana padano para espolvorear a gusto del comensal.

¡Bon apetit!

El grana padano, esperando a ser rallado... ¡ñam!

02 julio 2011

Penne alla puttanesca


Sí, en castellano es un nombre un poco extraño. Pero es una de las recetas de pasta más populares de la cocina tradicional italiana -y por ende, del planeta entero-. ¡Y comiéndola uno entiende el porqué!

Ingredientes
250 g de penne rigate
Un chorro de aceite de oliva
1 diente de ajo
4 ó 5 filetes de anchoa (según el tamaño)
1 cuchara muy generosa de mantequilla
3 o 4 tomatitos muy maduros
Sal... ¡con mucho cuidado!
Perejil fresco
Aceitunas negras (al gusto; puede ser un bote pequeñito, por ejemplo)
Alcaparras
Preparación

Ponemos el agua para la pasta, que añadimos cuando el agua esté hirviendo, junto con la sal necesaria. La prepararemos al dente.

Mientras la pasta se cuece, agarramos el mortero y ponemos ahí el ajo muy, muy picado y los filetes de anchoa. Lo machacamos todo hasta que forme una pasta homogénea bien fina. Luego picamos las aceitunas negras en rodajitas. Troceamos también en daditos pequeños el tomate.

En la sartén ponemos el aceite de oliva y la mantequilla a fuego muy bajo, para que la mantequilla no se queme y se derrita lentamente. Echamos la pasta de anchoa y ajo y durante un par de minutos dejamos que se cocine un poquito, para luego añadir el tomate, las aceitunas, las alcaparras, y a fuego bajo dejamos eso ahí unos minutos, mientras la pasta no termina de cocerse (¡comprobad la sal de la mezcla! aunque lleve anchoa posiblemente sea necesario añadir una pizca, dependiendo de la cantidad y el tipo de tomates que hayais usado).

Cuando la pasta esté lista, escurrimos a fondo el agua y la vertemos sobre la sartén donde hemos preparado el sugo. Esparcimos encima un poco de perejil picado recién cortado y... ¡bon apetit!

20 junio 2011

Alitas de pollo luso-japonesas y Kimpira de judías


Sí, lo sé. Parece pollo con judías. ¡Pero es más exótico que eso!

KIMPIRA DE JUDÍAS

Ingredientes
250 g de judías verdes
Un chorrito de aceite de oliva
2 cucharas de ginebra Tanqueray
2 cucharas de salsa de soja
1 cuchara de azúcar moreno
1 guindilla cayena
(Exacto: no llevan sal)
Preparación

Tu madre te pasa una bolsa de judías verdes que a su vez una señora le acaba de regalar recién cogidas en su huerta. Así de fresquitas las abrimos, quitamos los hilillos laterales, les sacamos las habichuelas, y las troceamos.

La guindilla también la abrimos, le quitamos las pepitas, y la picamos infinitamente. En una sartén colocamos un chorrito pequeño de aceite con la guindilla, y con el fuego medio le damos una vuelta a las judías durante dos o tres minutos, hasta que se ablandan un poquito. Añadimos la ginebra y la soja y dejamos que la mezcla, siempre a fuego medio, se evapore un poco. Bajamos más el fuego y así, al mínimo, añadimos el azúcar (¡ojo! que no se puede quemar, estropearíamos el plato). Rehogamos bien todo durante un par de minutos, tapamos la sartén y las dejamos a un lado hasta que las vayamos a llevar al plato con el pollo. Lo ideal es que hayan quedado ligeramente "al dente".


ALITAS DE POLLO LUSO-JAPONESAS

Ingredientes
8 alitas de pollo completas, con parte "alita" y parte "jamoncito", que podemos separar en dos para freirlas mejor
1/2 taza de soja
1/2 taza de ginebra Tanqueray
1/2 taza de Vinho do Porto
Harina
Aceite de oliva suave o girasol (para no restar protagonismo al adobo)
Sal
Preparación

En un bol bien grande ponemos la soja, la ginebra y el oporto y un poco de sal. Sumergimos completamente los trozos de pollo y lo dejamos macerar durante una hora. (En ese tiempo podemos ir preparando las judías).

Pasado ese tiempo, ponemos el aceite a calentar a buena temperatura -para que el pollo quede crujiente- y mientras tanto nos dedicamos a secar cada pedazo de pollo como si nos fuese la vida en ello. A fondo, en profundidad, humedad cero. Ponemos la harina en un plato y enharinamos cada alita, que irá directamente del plato a la sartén, sin dejar tiempo para que la harina se humedezca. Las freimos a fuego fuerte, y al terminar las escurrimos a conciencia.

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¡Que disfruteis de unas sorprendentes judías dulces! Y la piel del pollo frita con el aroma del Porto es deliciosa.

Bon apetit!

18 mayo 2011

Una larpeirada: ¡cruasancitos!

Un aperitivo muy goloso, exquisito y facilísimo de hacer: ¡falsos "cruasancitos" rellenos!


Ingredientes
Pasta sfoglia o similar (si os da pereza hacerla, comprais una de calidad)
Una berenjena
Un pimiento rojo
Queso de Arzúa (o cualquier queso de sabor intenso que sea cremoso... ¡pero el Arzúa es insuperable para esto!)
Un huevo
Sal
Un poco de mantequilla para el molde
Un poco de aceite de oliva

Preparación

La masa, de forma circular, la cortamos en ocho partes como se ve en la foto. Cada una de esas partes la enrollamos desde el lado más ancho hacia al más estrecho, de manera que el pico quede encima, simulando un croissant. Los torcemos ligeramente y apretamos las esquinas.

Batimos el huevo, cogemos un pincel y pintamos generosamente la masa. El molde que vaya al horno tendrá un poquito de mantequilla para evitar que se adhieran con el huevo, apenas tenemos que untar muy ligeramente.

Con el horno ya caliente, metemos los "cruasancitos" a unos 180 grados durante unos 15 minutos, hasta que se pongan bien doraditos. Mientras se hornean, vamos preparando en una sartén la berenjena y el pimiento rojo, previamente salados y con la forma adecuada, que se harán sencillamente a la plancha con una gotita de aceite de oliva y bañadas en el huevo que sobró de pintar. El fuego debe estar bajito para que el huevo no se queme y la verdura quede tierna.

Sacamos los "cruasancitos", los dejamos enfriar, y abrimos cada uno de ellos por la parte frontal. Ponemos un trocito de berenjena dentro, el pimiento encima y colocamos el queso encima del pimiento. Conviene no poner mucha cantidad para evitar que el queso termine pegado por todo el molde, basta un trocito en el centro que se derrita ligeramente sobre el pimiento.

Metemos de nuevo la bandeja en el horno y esperamos dos minutos, el tiempo justo para que el Arzúa se ponga cremoso, sin derretirse.

¡Se comen calentitos! Y están demasiado buenos...

Bon apetit :)

PD. Por supuesto se pueden poner los ingredientes que a uno le dé la gana, siempre que casen bien. Pero eso sí: es recomendable no poner mucha cosa, son pequeñitos y la masa es delicada. Y siempre es conveniente que ninguno de los ingredientes elegidos escurra grasa, para evitar que el cruasancito se ablande en exceso y se haga demasiado pesado.

26 abril 2011

Licor de naranja - revisited!

Os dejo por aquí las instrucciones para haceros un licor de naranja en casita, al estilo Campillo. (La anterior versión que estaba publicada contenía un par de deslices, ninguno de ellos comestible).

Ingredientes:
1 litro de caña blanca o brandy
1/2 kilo de azúcar
La monda de 6 naranjas (sin nada de blanco)
Especias: 10 granos de pimienta negra sin machacar
o bien
4
clavos enteros y 1/2 nuez moscada rallada
Preparación:
Ponemos todos los ingredientes juntitos en un recipiente adecuado que pueda quedar cerrado de forma perfectamente hermética (no queremos que se nos evapore la mitad del licor). Dejamos la mezcla macerando unos 9 a 12 días. Tenemos que removerlo a diario. Transcurrido ese tiempo, lo filtramos y embotellamos. ¡Se podrá tomar pasados dos o tres días después de la filtración! Y recordad: cuanto mejor sea la caña o el brandy (que es la base), mejor será también vuestro licor.
Importante: No utiliceis metal. Siempre vidrio y cucharas de madera...

¡Bon apetit!

PD: Y si teneis humor, pues hasta haceis vuestro propio etiquetado casero, aunque sea con rotuladores de pintar camisetas...

07 marzo 2011

El pastel de berenjenas de Enrique

Mi director de tesis suele decir que él no sólo enseña química, sino que ofrece una formación integral. Y para muestra, un botón: la semana pasada estuve con él aprendiendo a analizar espectros de difracción, y de paso me dio esta fantástica receta. Un pastel de berenjenas fácil de preparar y riquísimo de comer. Aquí va:



Ingredientes:
  • 750 g de berenjenas
  • 1 cebolla grande
  • 2 rebanadas de pan (de molde, preferiblemente con un poco de consistencia)
  • 4 huevos
  • 100 g de queso rallado (yo he usado gouda)
  • tres poquitos: de leche, aceite y mantequilla
  • sal

Preparación:

Lavamos las berenjenas y las cortamos en dados. Si queremos suavizar el sabor de la berenjena, la dejamos una hora metida en agua con sal y un poquito de limón. Yo prefiero usarla tal cual, con todo su sabor, así que he la he puesto directamente en una cacerola con agua para cocerla. Una vez cocida, la sacamos a un escurreverduras y dejamos que escurra el agua.

En una sartén grande ponemos un poco de aceite, y freímos ahí la cebolla picadita. Cuando está frita, añadimos la berenjena, removemos, y dejamos un rato para que se mezclen los sabores.

Ponemos un poco de leche en un plato hondo y remojamos ahí las dos rebanadas de pan cortadas en cuadritos. Cuando el pan está bien empapado con la leche, lo sacamos y lo añadimos a la sartén con la berenjena. Removemos para mezclar y que el pan se deshaga. Retiramos la sartén del fuego.

En cuanto a los huevos, separamos las yemas de las claras. Batimos las yemas y las añadimos a la mezcla de berenjena. Incorporamos también el queso rallado y removemos todo junto.

Por otra parte, batimos las claras hasta que adquieran una consistencia muy espumosa, y las añadimos a la mezcla anterior, removiendo con cuidado.

Engrasamos un molde con un poco de mantequilla y vertemos la mezcla en él. Horneamos a 180 ºC durante 30 minutos. Voilà! Tiene usted en su cocina un delicioso pastel de berenjenas que puede servir, por ejemplo, frío con un poco de mayonesa. El de la foto está acompañado de una ensaladilla de puerros (puerro hervido, jamón cocido, un par de nueces y una mayonesa ligera). Buen provecho.

06 febrero 2011

Dorada en papillote

Soy un animal de costa, y como tal, me encanta el pescado. Aunque en Berlín sea un lujo conseguir algún pescadito fresco que llevarse a la boca, de vez en cuando hay que darse el capricho. El sábado estuvimos en el Marheineke Markthalle de Kreuzberg y compré cuatro gambones y una dorada. La dorada la tenían entera en el mostrador, como debe ser (en Alemania normalmente el pescado lo ofrecen ya limpio y fileteado, con la consecuente cara de aburrimiento) y el pescadero me la limpió, la abrió en dos filetes y le quitó la espina central. Así la pido cuando la voy a hacer en papillote.

El pescado fresco, mientras menos cocinado y condimentado, mejor. Me encanta la técnica del papillote porque el pescado se cocina en su propio jugo, no se reseca, queda muy sabroso y casi no lleva grasa. Además, es muy fácil de preparar, y siempre resulta un éxito. Y cuando la pieza de pescado cuesta tan cara como en Alemania, mejor es no arriesgar.

Primero he hecho un sofrito con una cebolla picadita, pochada en aceite de oliva hasta que está transparente.

Después he cortado dos trozos grandes de papel parafinado, y he repartido la cebolla, formando un montoncito en el centro.
Sobre cada uno de estos montoncitos pongo uno de los filetes de dorada. Con eso, un poquito de sal (poca, no nos quede el pescado salado) y de pimienta molida, sería suficiente. Pero hoy me sentía creativa, y he añadido unos gajos de naranja y un par de hebras de azafrán.
Después envolvemos el pescado con el papel, formando un paquetito.

Ponemos los dos paquetitos en una bandeja y metemos al horno, precalentado, a 180 ºC durante unos 15 minutos, hasta que el papel adquiera un color dorado.

Transcurrido ese tiempo, sacamos del horno y servimos, bien todavía envuelto en el papel, bien abriendo los paquetitos en la cocina y pasando el pescado al plato. Hoy lo hemos acompañado con los gambones a la plancha, y ha estado delicioso. Los gajos de naranja dan un poco de sabor, pero no demasiado, y se complementa muy bien con el aroma de azafrán. ¡Lo recomiendo!

23 octubre 2010

Licor de Navidad


Inspirada por una receta previa de la Gata, y a sabiendas de que se avecinan tiempos navideños de los de verdad, de frío, nieve y recogimiento en el hogar, me he decidido a intentar un licor que quede listo para diciembre. Para subir los ánimos cuando estemos bajo cero. Para que estos domingos de Adviento tengan un toque casero. Aquí os presento mi versión.

He usado:
* Una botella de ron moreno
* La monda de 5 naranjas
* La monda de 2 limones
* 1 taza de agua
* 500g de azúcar moreno
* 1 rama de canela
* 3 clavos

He templado el agua y disuelto en ella el azúcar. Después he puesto en un bote grande de cristal, de los que cierran herméticamente, las mondas de frutas, la canela, los clavos, el agua con azúcar y el ron. He agitado, etiquetado y guardado en un sitio oscuro durante tres semanas. Siguiendo los consejos de la Gata, he agitado cada dos o tres días.

Pasado ese tiempo, he sacado las mondas, la canela y los clavos. He probado un poquitín (¡muy poco!) para saber cómo va evolucionando, y a estas alturas está rico ya. Después, en un ejercicio de voluntad y disciplina, he vuelto a guardar el licor. El plan es abrirlo el primer domingo de Adviento. Ya os contaré qué tal ha quedado.

06 febrero 2010

Arroz basmati a la ricotta

Steve McQueen ha accedido a posar con la ricotta.

Un arroz un poquito diferente como único plato para alegrar una cena.

Ingredientes:
1 taza de arroz basmati
1/2 calabacín
1/2 tomate o 5 tomatitos cherry
1 zanahoria
1 par de pimientos de piquillo en tiras
1/2 cebolla grande
1 taza de caldo de carne
50 g de ricotta
2 huevos
Azafrán
Aceite de oliva
Sal
Preparación:

Picamos concienciudamente la cebolla y fileteamos la zanahoria (muy fina). El calabacín lo ponemos en rodajas cortadas luego en cuartos, de modo que quede entero, pero en bocados pequeños. Cubrimos el fondo de la paellera de aceite de oliva y a fuego muy lento freimos ligeramente las verduras. Apagamos en cuanto la cebolla esté blandita y haya perdido su color blanco. ¡Ojo, no hay que dorarla!

Os vexetais que botaremos no arroz.

Ponemos la taza de arroz basmati sobre la mezcla y encendemos a fuego medio, moviéndolo constantemente. Un minuto después añadimos la taza de caldo vegetal y otras dos iguales de agua. Bajamos ligeramente el fuego, que debe borbotear siempre suavemente.

Una vez que el arroz empieza a coger cuerpo y han pasado unos minutos, añadimos el tomate picado (el objetivo es que permanezca bastante entero) y los pimientos. Ponemos también el azafrán -de verdad, nada de colorantes. Si no teneis, puede valer una puntita de pimentón dulce, que también sabe interesante-. Para la sal es importante probar primero el agua del arroz: depende de la intensidad del caldo de carne que hayamos preparado. Finalmente, desmenuzamos todo lo posible la ricotta y la mezclamos bien con el arroz.

Cuando el arroz está casi hecho, colocamos los huevos encima. Es importante recordar que el fuego tiene que seguir bajito. Una vez se ha consumido el agua, pero sin llegar a sequedad, apagamos el fuego, tapamos bien y dejamos reposar cinco minutos.

¡Listo para degustar!

09 abril 2009

Tagliatelle (¡fusilli!) a la ginebra


Un plato exquisito y rápido, para cualquier día de la semana.

Ingredientes

La pasta:
250 g de tagliatelle
100 g de salmón ahumado
Para la salsa:
200 ml de nata líquida
2 quesitos El Caserío
1 trocito de zanahoria
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharilla de mantequilla
1 cuchara de pimienta verde fresca
2 cucharas generosas de ginebra
Sal

Preparación

El salmón ahumado lo cortamos en bocaditos finos y lo dejamos aparte, en un platito. La pasta se cuece al dente según indique la caja, con su punto de sal.

Mientras se cuece la pasta podemos preparar la salsa. Con la tercera parte de una zanahoria hacemos láminas muy, muy finas y pequeñitas, y las freimos ligeramente en esas dos cucharas de aceite, sin llegar a tostarlas. Una vez hechas, añadimos la nata líquida, donde ponemos también la sal necesaria, la mantequilla, la pimienta fresca, la ginebra y los quesitos en bocaditos muy pequeños. A fuego medio, removemos constantemente para que se funda el queso y se cocine bien la nata, que debe quedar ligeramente cremosa, nunca como una sopa.

Bien escurrida la pasta, esparcimos por encima el salmón y vertemos la salsa de ginebra por encima. ¡Y a comer rapidito, que se pasa!

Bon apetit :)

PD: La foto la saqué un día que preparé fusilli, porque no me quedaba otra cosa. Pero más apropiado son los tagliatelle.

10 enero 2009

Tarta de Zanahorias

He aquí la tarta que hice el pasado Halloween (tenía el artículo preparado desde noviembre, pero no podía descargar las fotos de la cámara por un pequeño inconveniente técnico que implicaba la batería, el servicio de atención al cliente del Mediamarkt, mi despiste congénito y varios factores más). Ya que este año tampoco he vaciado una calabaza, decidí hacer un postre con tinte anglosajón. Así que recopilé varias recetas de tarta de zanahorias, las mezclé, añadí algunas especias y algún toque personal y salió esto:

De Halloween pero con jet-lag. Con muuuuucho jet-lag.

Estaba deliciosa. Aunque sí os advierto que no es precisamente una tarta ligera, de modo que quizás os convenga hacer sólo la mitad de la cantidad. Detallo a continuación el modus operandi:

Mezclamos con la batidora:
  • 1 taza de azúcar moreno
  • 1 taza de aceite de girasol
  • 4 huevos
  • 3 zanahorias ralladas muy finas
Sobre esa mezcla, tamizamos:
  • 2 tazas de harina
  • 1 sobre de levadura química
Por último, vamos añadiendo mientras batimos:
  • 125 g de almendras molidas
  • 1 cucharadita de sal
  • 2 cucharaditas de canela molida
  • 2 cucharaditas de gengibre fresco, rallado
  • 2 cucharaditas de zumo de limón
  • 2 cucharaditas de licor (por ejemplo, ron)
Ponemos la mezcla en un molde (engrasado, o forrado con papel vegetal) y horneamos a 180 ºC durante unos 45 minutos.

Para la cobertura, mezclamos:
  • 225 g de queso mascarpone, a temperatura ambiente, previamente ablandado
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 2 cucharadas de mantequilla o margarina
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
Cubrid la tarta con esta crema, así:


Y no olvidéis compartirla con los toledanos y las mataharis de vuestro entorno: os aseguro que quedarán encantados.

20 agosto 2008

Brazo de la gitana del aceite

Tiempo de preparación: 45 minutos.
Comensales: hasta el número de lonchas que seáis capaces de cortar

Introducción:


No tengo muy claro el origen del anteriormente conocido como brazo de gitano pero las teorías que han llegado a mis oídos apuntan al color final que toma este popular postre. Sin embargo yo, como persona cultivada de mi tiempo, abogo por una nueva denominación que no hiera sensibilidades. En época de lucha por la igualdad y la no discriminación me paro a pensar ¿ y por qué no homenajear con este postre a una mujer? ¿qué gitana merecería que le dedicasen un postre?. Y a la mente se me viene la etiqueta de la laboriosa gitana de ese aceite archiconocido (sres. comerciales, no incluiré el nombre hasta que haya recibido unas botellitas) que lleva con sus brazos recogiendo aceitunas desde 1866. En consecuencia, os presento a continuación la receta del Brazo de la gitana del aceite que, dicho sea de paso, no lleva.


Ingredientes:

Para la base:

  • Huevos: 5 unidades
    Azúcar: 125 gramos
    Harina: 125 gramos
    Harina de maíz: 25 gramos
    Levadura: 1/5 de un sobre
    Papel de estraza
    Mantequilla: para untar el papel


Para el relleno:



  • Leche: 1/2 litro
    Azúcar: 125 gramos
    Yemas de huevo: 2 unidades
    Harina de maíz: 40 gramos
    Canela: 1 rama, si queréis rellenarlo de crema pastelera
    1 taza de café bien cargado o 2 cucharadas de café soluble (sólo si es de muy buena calidad), si preferís un brazo de crema de café

Preparación:


Comenzamos con la base:

Ponemos el horno a precalentar a 170º.


Separamos las claras de las yemas . Batimos las claras a punto de nieve por un lado y en otro recipiente el azúcar con las yemas hasta que estén perfectamente mezclados. Volcamos las claras montadas sobre la mezcla anterior y añadimos las harinas y la levadura previamente tamizados (muchos/as cocinillas no incluyen levadura pero a mí me gusta ponerle un suspiro para que el bizcocho quede más esponjoso) . Removemos de abajo hacia arriba

Colocamos el papel sobre la bandeja del horno y lo untamos con un poco de mantequilla.

Ponemos la masa en la bandeja y la estiramos para que la cubra toda . La metemos en el horno y la dejamos cocinarse durante 10-12 minutos, pinchamos con un cuchillo y cuando salga limpio sabremos que ya está lista.

Humedecemos un trapo de cocina limpio y ponemos encima el bizcocho, esperamos un par de minutos y enrollamos el paño con el bizcocho dentro para que tome la forma requerida y se deja enfriar.



Pasamos a la crema:

En un cazo ponemos la leche con el café o la canela a calentar. El resto de los ingredientes los mezclamos en un bol. Cuando la leche comience a hervir vertemos la mezcla del bol, lo ponemos un fuego suave sin no paramos de remover hasta que espese.


Cuando la crema esté lista la repartimos por encima el bizcocho y se enrolla de nuevo dándole la forma característica del brazo de la gitana. Se deja enfriar a temperatura ambiente y luego en el frigorífico para que quede bien frío.

Yo he decorado el brazo espolvoreándolo con azúcar glass y poniendo unos trocitos de fruta por encima aunque ya sabéis que, como en todo, debéis dejaros llevar por vuestra imaginación.

14 agosto 2008

Tarta de Ciruelas y Melocotón

Acabo de pasar unos días estupendos vagabundeando con la Gata, en los que hemos llenado la tripa con toda suerte de manjares, muchos de ellos preparados por su señora madre. ¡Que maestra cocinera! Algún día quisiera manejar fogones y masas como ella. Todavía estoy a años luz de poder reproducir alguna receta suya, pero he decidido empezar a dar mis pequeños pasitos. El primero es esta tarta de ciruelas y melocotón, que intenta imitar una deliciosa de manzanas que nos zampamos la semana pasada. El típico pie relleno de frutas es una forma muy sencilla de pastel, pero nunca antes había hecho uno. Así que allá vamos, ¿quién dijo miedo?



El relleno del pie es una compota de frutas. A mí me apetecía hacer una tarta de color rojo (¡me encanta el rojo!) y aprovechando que estamos en temporada de ciruelas, he pelado y cortado en trozos medianos ocho ciruelas rojas. Para tener contraste de colores, he añadido también tres melocotones. He puesto la fruta en una cacerola junto con once cucharadas de azúcar (no muy llenas, que no quede demasiado dulce), media rama de canela, un chorrito de zumo de limón y un vaso de agua. He calentado a fuego lento, muy lento, durante unas dos horas, vigilando la mezcla a cada rato y removiendo con una cuchara de madera para comprobar que no se pegaba al fondo de la cacerola. En cuestión de una hora las ciruelas se han deshecho y los melocotones se han teñido de rojo, así que me quedo sin combinación de colores, pero como el resultado es de rojo oscuro, estoy contenta.

Una vez que el agua se ha consumido y la compota ha adquirido consistencia, apago el fuego, retiro la rama de canela y dejo enfriar.

La base de la tarta es una masa de hojaldre. Como estoy en una cocina ajena que dispone sólo de la infraestructura más fundamental, he decidido no arriesgar más de lo imprescindible: después de todo me gustaría que saliera algo comestible. Así que he comprado una masa de hojaldre refrigerada (que no congelada). La he desenrollado y, aunque ya viene extendida, he querido hacerla más delgada aún. Ya he comentado que los recursos tecnológicos de esta cocina son limitados: a falta de rodillo, y dada la procedencia de la receta original, el instrumento que me ha parecido más apropiado ha sido una botella de albariño.

La masa precocinada viene sobre un papel de estraza, de modo que me ahorro engrasar el molde. Forro el molde con el hojaldre y recorto la masa sobrante. Sobre el hojaldre extiendo una capa delgada de la confitura de frutas.

Como el molde que tenemos es pequeño, la masa de los recortes basta para hacer la tapa de la tarta: formo una bola con ella y la extiendo con la botella de albariño dándole la forma de un rectángulo suficientemente grande como para cubrir el pastel. Una vez extendida, hago unos cortes en diagonal con el cuchillo, y tiro de dos esquinas opuestas, en sentido perpendicular a los cortes. De esta forma creamos una rejilla. Cubro la tarta con esta tapa, vuelvo a recortar lo sobrante y pego los bordes de la base y la tapa con los dedos.

¡Lo más difícil ha pasado!

El horno lo he precalentado a 200ºC. Bueno, digo 200ºC por decir algo, ya que es un horno de gas y sólo ofrece cuatro posibilidades: apagado (es una opción aburrida pero muy útil para no tener un infierno constante en la cocina), fuego abrasador abajo, llamita suave abajo y bola de fuego chamuscadora arriba. Pues eso, que con el horno bien calentito meto la tarta a altura media y cuezo con la llamita suave abajo durante unos 25 minutos, hasta que veo que el hojaldre está hecho (los afortunados que dispongáis de un horno eléctrico podéis mantener la temperatura a 200ºC y hornear durante unos 15 minutos).

El hojaldre cocido tiene un color amarillo pálido y queda un poco seco, de modo que no resulta muy atractivo. Por eso normalmente se pinta con huevo batido o almíbar. Yo no tenía brocha para pintar, así que he decidido usar un poco del sobrante de compota, de la parte que ha quedado más fina, para bañar con cuidado la tapa de la tarta. Entonces he vuelto a meterla en el horno, esta vez usando la opción bola de fuego chamuscadora arriba. Ha bastado apenas un minuto para que la tarta tomara ese color dorado que podéis ver en la foto. Después he esperado a que se enfriara para sacarla del molde.

Una vez perpetrado el experimento, ha llegado el momento de la prueba definitiva: darle un trozo al toledano. ¡Y le ha gustado! Pues entonces no debe estar mal del todo. ¿Alguien se atreve?

09 mayo 2008

TIRAMISÚ "Woman in love"

Tiempo de preparación: 20 minutos.
Tiempo de refrigeración: 3 horas
Comensales: 4

Barbra os aconseja:

Este plato es perfecto para concluir una cena romántica porque su sola mención nos sugiere la bella y pasional Italia y porque (sobre todo si sois principiantes) os mantiene alejados de electrodomésticos que pueden causar quemaduras. Así evitáis a vuestros invitados/as el horror de ser recibidos/as por una persona con la cara momificada.

Además, al no necesitarse instrumentos cortantes para su elaboración, eliminamos el riesgo de introducir hemoglobina o cárnicos que alterarían el sabor de este postre.

El único peligro se encuentra en el licor empleado. Sed prudentes y, excepto que los comensales sean los padres de él/ella, no empleéis el líquido sobrante en vuestro organismo. De lo contrario es probable que a vuestros/as convidados/as les surja una urgencia que les impida quedarse a los postres.

Ingredientes:

Bizcochos de soletilla
1 taza de café mas bien fuerte (por supuesto debe hacerse en una cafetera italiana)
150 g. de queso Mascarpone
2 huevos
40g de azúcar
1 chorro de ron (en su defecto probad con licor café)
Cacao en polvo
Barquillos (desgraciadamente yo no los había incluído en mi lista de la compra )
El tema “ Woman in love” listo para ser interpretado.


Modo de preparación:

Batid las yemas con el azúcar (recomiendo que os ayudéis de la tecnología y empleéis una batidora eléctrica, con ello no desvirtuáis el carácter casero del producto y llegareis al final de su preparación) hasta que la mezcla quede blanquecina y haya doblado su volumen. Añadid el queso y el ron y volved a batir hasta que todos los ingredientes se combinen formando una crema homogénea.

Montad las claras a punto de nieve. Aquí es donde interpretáis con emoción y dulzura, bien sea cantado o tarareado (es fundamental no enfadar al vecindario en este punto de la receta) mi exitoso “Woman in love”.

Incorporad las claras a la mezcla anterior mezclando con un movimiento de arriba abajo para que no se bajen.

Escogéis el recipiente final, puede ser en uno grande o varios individuales (como en mi caso). Poned el café en un cuenco y mojad en él los bizcochos uno por uno e Intercalad capas de estos con capas de la mezcla.

Para terminar espolvoread con cacao la superficie y decorad con unos barquillos. Introducidlo en la nevera y esperad a que enfríe (unas 3 horas).