20 agosto 2008

Brazo de la gitana del aceite

Tiempo de preparación: 45 minutos.
Comensales: hasta el número de lonchas que seáis capaces de cortar

Introducción:


No tengo muy claro el origen del anteriormente conocido como brazo de gitano pero las teorías que han llegado a mis oídos apuntan al color final que toma este popular postre. Sin embargo yo, como persona cultivada de mi tiempo, abogo por una nueva denominación que no hiera sensibilidades. En época de lucha por la igualdad y la no discriminación me paro a pensar ¿ y por qué no homenajear con este postre a una mujer? ¿qué gitana merecería que le dedicasen un postre?. Y a la mente se me viene la etiqueta de la laboriosa gitana de ese aceite archiconocido (sres. comerciales, no incluiré el nombre hasta que haya recibido unas botellitas) que lleva con sus brazos recogiendo aceitunas desde 1866. En consecuencia, os presento a continuación la receta del Brazo de la gitana del aceite que, dicho sea de paso, no lleva.


Ingredientes:

Para la base:

  • Huevos: 5 unidades
    Azúcar: 125 gramos
    Harina: 125 gramos
    Harina de maíz: 25 gramos
    Levadura: 1/5 de un sobre
    Papel de estraza
    Mantequilla: para untar el papel


Para el relleno:



  • Leche: 1/2 litro
    Azúcar: 125 gramos
    Yemas de huevo: 2 unidades
    Harina de maíz: 40 gramos
    Canela: 1 rama, si queréis rellenarlo de crema pastelera
    1 taza de café bien cargado o 2 cucharadas de café soluble (sólo si es de muy buena calidad), si preferís un brazo de crema de café

Preparación:


Comenzamos con la base:

Ponemos el horno a precalentar a 170º.


Separamos las claras de las yemas . Batimos las claras a punto de nieve por un lado y en otro recipiente el azúcar con las yemas hasta que estén perfectamente mezclados. Volcamos las claras montadas sobre la mezcla anterior y añadimos las harinas y la levadura previamente tamizados (muchos/as cocinillas no incluyen levadura pero a mí me gusta ponerle un suspiro para que el bizcocho quede más esponjoso) . Removemos de abajo hacia arriba

Colocamos el papel sobre la bandeja del horno y lo untamos con un poco de mantequilla.

Ponemos la masa en la bandeja y la estiramos para que la cubra toda . La metemos en el horno y la dejamos cocinarse durante 10-12 minutos, pinchamos con un cuchillo y cuando salga limpio sabremos que ya está lista.

Humedecemos un trapo de cocina limpio y ponemos encima el bizcocho, esperamos un par de minutos y enrollamos el paño con el bizcocho dentro para que tome la forma requerida y se deja enfriar.



Pasamos a la crema:

En un cazo ponemos la leche con el café o la canela a calentar. El resto de los ingredientes los mezclamos en un bol. Cuando la leche comience a hervir vertemos la mezcla del bol, lo ponemos un fuego suave sin no paramos de remover hasta que espese.


Cuando la crema esté lista la repartimos por encima el bizcocho y se enrolla de nuevo dándole la forma característica del brazo de la gitana. Se deja enfriar a temperatura ambiente y luego en el frigorífico para que quede bien frío.

Yo he decorado el brazo espolvoreándolo con azúcar glass y poniendo unos trocitos de fruta por encima aunque ya sabéis que, como en todo, debéis dejaros llevar por vuestra imaginación.

14 agosto 2008

Tarta de Ciruelas y Melocotón

Acabo de pasar unos días estupendos vagabundeando con la Gata, en los que hemos llenado la tripa con toda suerte de manjares, muchos de ellos preparados por su señora madre. ¡Que maestra cocinera! Algún día quisiera manejar fogones y masas como ella. Todavía estoy a años luz de poder reproducir alguna receta suya, pero he decidido empezar a dar mis pequeños pasitos. El primero es esta tarta de ciruelas y melocotón, que intenta imitar una deliciosa de manzanas que nos zampamos la semana pasada. El típico pie relleno de frutas es una forma muy sencilla de pastel, pero nunca antes había hecho uno. Así que allá vamos, ¿quién dijo miedo?



El relleno del pie es una compota de frutas. A mí me apetecía hacer una tarta de color rojo (¡me encanta el rojo!) y aprovechando que estamos en temporada de ciruelas, he pelado y cortado en trozos medianos ocho ciruelas rojas. Para tener contraste de colores, he añadido también tres melocotones. He puesto la fruta en una cacerola junto con once cucharadas de azúcar (no muy llenas, que no quede demasiado dulce), media rama de canela, un chorrito de zumo de limón y un vaso de agua. He calentado a fuego lento, muy lento, durante unas dos horas, vigilando la mezcla a cada rato y removiendo con una cuchara de madera para comprobar que no se pegaba al fondo de la cacerola. En cuestión de una hora las ciruelas se han deshecho y los melocotones se han teñido de rojo, así que me quedo sin combinación de colores, pero como el resultado es de rojo oscuro, estoy contenta.

Una vez que el agua se ha consumido y la compota ha adquirido consistencia, apago el fuego, retiro la rama de canela y dejo enfriar.

La base de la tarta es una masa de hojaldre. Como estoy en una cocina ajena que dispone sólo de la infraestructura más fundamental, he decidido no arriesgar más de lo imprescindible: después de todo me gustaría que saliera algo comestible. Así que he comprado una masa de hojaldre refrigerada (que no congelada). La he desenrollado y, aunque ya viene extendida, he querido hacerla más delgada aún. Ya he comentado que los recursos tecnológicos de esta cocina son limitados: a falta de rodillo, y dada la procedencia de la receta original, el instrumento que me ha parecido más apropiado ha sido una botella de albariño.

La masa precocinada viene sobre un papel de estraza, de modo que me ahorro engrasar el molde. Forro el molde con el hojaldre y recorto la masa sobrante. Sobre el hojaldre extiendo una capa delgada de la confitura de frutas.

Como el molde que tenemos es pequeño, la masa de los recortes basta para hacer la tapa de la tarta: formo una bola con ella y la extiendo con la botella de albariño dándole la forma de un rectángulo suficientemente grande como para cubrir el pastel. Una vez extendida, hago unos cortes en diagonal con el cuchillo, y tiro de dos esquinas opuestas, en sentido perpendicular a los cortes. De esta forma creamos una rejilla. Cubro la tarta con esta tapa, vuelvo a recortar lo sobrante y pego los bordes de la base y la tapa con los dedos.

¡Lo más difícil ha pasado!

El horno lo he precalentado a 200ºC. Bueno, digo 200ºC por decir algo, ya que es un horno de gas y sólo ofrece cuatro posibilidades: apagado (es una opción aburrida pero muy útil para no tener un infierno constante en la cocina), fuego abrasador abajo, llamita suave abajo y bola de fuego chamuscadora arriba. Pues eso, que con el horno bien calentito meto la tarta a altura media y cuezo con la llamita suave abajo durante unos 25 minutos, hasta que veo que el hojaldre está hecho (los afortunados que dispongáis de un horno eléctrico podéis mantener la temperatura a 200ºC y hornear durante unos 15 minutos).

El hojaldre cocido tiene un color amarillo pálido y queda un poco seco, de modo que no resulta muy atractivo. Por eso normalmente se pinta con huevo batido o almíbar. Yo no tenía brocha para pintar, así que he decidido usar un poco del sobrante de compota, de la parte que ha quedado más fina, para bañar con cuidado la tapa de la tarta. Entonces he vuelto a meterla en el horno, esta vez usando la opción bola de fuego chamuscadora arriba. Ha bastado apenas un minuto para que la tarta tomara ese color dorado que podéis ver en la foto. Después he esperado a que se enfriara para sacarla del molde.

Una vez perpetrado el experimento, ha llegado el momento de la prueba definitiva: darle un trozo al toledano. ¡Y le ha gustado! Pues entonces no debe estar mal del todo. ¿Alguien se atreve?

09 mayo 2008

TIRAMISÚ "Woman in love"

Tiempo de preparación: 20 minutos.
Tiempo de refrigeración: 3 horas
Comensales: 4

Barbra os aconseja:

Este plato es perfecto para concluir una cena romántica porque su sola mención nos sugiere la bella y pasional Italia y porque (sobre todo si sois principiantes) os mantiene alejados de electrodomésticos que pueden causar quemaduras. Así evitáis a vuestros invitados/as el horror de ser recibidos/as por una persona con la cara momificada.

Además, al no necesitarse instrumentos cortantes para su elaboración, eliminamos el riesgo de introducir hemoglobina o cárnicos que alterarían el sabor de este postre.

El único peligro se encuentra en el licor empleado. Sed prudentes y, excepto que los comensales sean los padres de él/ella, no empleéis el líquido sobrante en vuestro organismo. De lo contrario es probable que a vuestros/as convidados/as les surja una urgencia que les impida quedarse a los postres.

Ingredientes:

Bizcochos de soletilla
1 taza de café mas bien fuerte (por supuesto debe hacerse en una cafetera italiana)
150 g. de queso Mascarpone
2 huevos
40g de azúcar
1 chorro de ron (en su defecto probad con licor café)
Cacao en polvo
Barquillos (desgraciadamente yo no los había incluído en mi lista de la compra )
El tema “ Woman in love” listo para ser interpretado.


Modo de preparación:

Batid las yemas con el azúcar (recomiendo que os ayudéis de la tecnología y empleéis una batidora eléctrica, con ello no desvirtuáis el carácter casero del producto y llegareis al final de su preparación) hasta que la mezcla quede blanquecina y haya doblado su volumen. Añadid el queso y el ron y volved a batir hasta que todos los ingredientes se combinen formando una crema homogénea.

Montad las claras a punto de nieve. Aquí es donde interpretáis con emoción y dulzura, bien sea cantado o tarareado (es fundamental no enfadar al vecindario en este punto de la receta) mi exitoso “Woman in love”.

Incorporad las claras a la mezcla anterior mezclando con un movimiento de arriba abajo para que no se bajen.

Escogéis el recipiente final, puede ser en uno grande o varios individuales (como en mi caso). Poned el café en un cuenco y mojad en él los bizcochos uno por uno e Intercalad capas de estos con capas de la mezcla.

Para terminar espolvoread con cacao la superficie y decorad con unos barquillos. Introducidlo en la nevera y esperad a que enfríe (unas 3 horas).

02 marzo 2008

Solomillo estilo Lo

Bueno, no se lo inventó Lo, pero ella me explicó la receta, así que se merece el nombre. ¿No os apetece hoy un buen plato de carne? Vamos allá.

Ingredientes
Una pieza entera de solomillo de cerdo
Masa de hojaldre
Un huevo
Aceite de oliva
Sal
Tres lonchas de queso fresco
Tres lonchas de jamón de york
Un par de lonchas de jamón ibérico
Para la guarnición: champiñones, berenjena, un diente de ajo y media cebolla pequeñita

Preparación

La carne. Doramos el solomillo en la sartén a fuego rápido, con unas muy escasas arenitas de sal, dejando que coja color y un poquito de costra por fuera. Extendemos la cantidad de masa de hojaldre del tamaño apropiado para la pieza de solomillo y colocamos a lo largo de la misma, de modo que quede distribuido de manera uniforme, por este orden, el queso, el jamón york, y las lonchas de jamón ibérico, que serán las que estén en contacto con el solomillo. Lo ideal es que el jamón ibérico sea del bueno-bueno, y cuanto más tocino tenga, de ese que casi se deshace en los dedos, mejor. La carne no precisa más sal aunque sea gordita porque el propio jamón, en el horno, le proporcionará la que necesita. Enrollamos cuidadosamente el hojaldre, cerrándolo por los lados, y con un pincel de repostería, usamos el huevo previamente batido para pintar bien todo el hojaldre. El recipiente del horno llevará un poquito de aceite de oliva, simplemente para evitar que el hojaldre se adhiera, nada más. Colocamos el solomillo hojaldrado ahí. Se hará unos veinte o veinticinco minutos a 180 ºC, y tras ese tiempo, le daremos la vuelta, y pasará el mismo tiempo dorándose por la otra cara. El resultado es una carne completamente hecha y muy jugosa por haber sido asada lentamente.

La guarnición. Bien, a gusto de cada uno, por supuesto. La que hemos puesto para este solomillo lleva un diente de ajo y un poquito de cebolla (no mucha, para que no endulce en exceso) doradas previamente, al que luego hemos añadido champiñones y berenjena en dados, aderezado con una puntita de pimienta negra y sal, para hacer un revuelto con el huevo batido sobrante.

¡Bon apetit! Yo todavía estoy relamiéndome los bigotes, ñam ñam...

20 febrero 2008

Para sus dulces Majestades...

Mi primera receta en Quérotedoce es para vosotras, por ser tan dulces, aiiiiiii, ahí va:

Hay muchas recetas de tarta de almendra o de Santiago. Todas utilizan como ingredientes principales almendra, azúcar y huevos. La diferencia entre las distintas recetas está básicamente en los huevos, que si solamente yemas, que si claras a punto de nieve, que si 4, que mejor 5, en fin, para todos los gustos, eso sí, nada de harina, que no queremos hacer un bizcocho, hoy no...

Mi recomendación es no levantar las claras a punto de nieve para conseguir una masa tipo mazapán, compacta y no una masa esponjosa. Ahí va!!!!!


TARTA DE SANTIAGO

Ingredientes:
-250 g de almendra molida
-250 g de azúcar
-4 huevos
-Canela, ralladura de limón y una cucharada de coñac o cualquier licor
Preparación:
-Se baten los huevos con el azúcar hasta que la mezcla doble su volumen.

-Se añade la almendra molida con la canela, ralladura de limón y un chorrito de coñac o ron. Se mezcla con cuidado sin batir, a mí me gusta hacerlo con cuchara de palo.

-Se engrasa un molde con mantequilla y se llena con la masa.

-Se mete en el horno a 170ºC (previamente calentado) durante 35-40 minutos, hasta que esté doradita.

-Se espolvorea con azúcar glasé una vez fría.

07 febrero 2008

Cocina de supervivencia: tortellini al brodo


(He aquí un plato que puede cocinar cualquiera, visto que lo puedo preparar yo.)
Primero, hacemos un caldo con cualquier cosa que tengamos en el frigo, ya que, como bien dicen los italianos, 'tutto fa brodo', o sea, que con todo se puede hacer caldo. El que he preparado yo llevaba zanahoria, tomate, cebolla y patata, pero en general es tambien buena idea echarle un trozo de carne, o pollo. Vaya, lo que haya de verdura y carne en el frigo.

Cortamos lo que tengamos en trozos medianos, lo echamos a la cazuela con un poco de aceite y sal, y lo rehogamos. Le añadimos agua, un poco más que la cantidad de caldo que queramos, y lo llevamos a ebullición. Bajamos un poco el fuego y lo dejamos tranquilamente que hierva, hasta que el contenido del caldo esté cocido y el caldo tenga sabor. En ese momento, añadimos a la cazuela los tortellini. Los tortellini serán de los corrientitos que se pueden encontrar en cualquier supermercado, los que duran y duran, nada de pasta fresca que es mucho más delicada. Es conveniente tener en cuenta que estos tortellini se hinchan mucho al cocerlos, si no, os pasará como a mí, que tengo tortellini al brodo suficiente como para alimentar a toda la vecindad. Vaya, con un puñado es suficiente. Dejar los tortellini en el caldo el tiempo que se especifique en el paquete, normalmente sobre 15 minutos.

Ya está! tortellini al brodo preparados. Se le puede echar queso parmesano, queda muy rico y le da un poco de vida en caso de que lo que tuvieramos en el frigo fuera un poco insípido. Os aseguro que este plato sienta estupendamente en invierno, cuando nos apetece algo calentito, y los días de resaca, cuando nuestro estómago es incapaz de asimilar nada fuerte. Vaya, perfecto para la supervivencia estudiantil...